(Atrás quedaron las categorizaciones de los pasaportes, la frontera entre lo femenino y lo masculino queda desdibujada. No hay límite establecido a la hora de vestirse y la tendencia unisex toma las pasarelas a nivel mundial, sin eximir a las propuestas que se vieron en la semana de la moda de Buenos Aires.
Con mirada cautiva a ciudades como Tokyo, pioneros en presentar colecciones sin género, varias marcas locales se apropiaron de la tendencia y optaron por prendas que pueden ser usadas tanto por hombres como por mujeres. Kostüme, Jessica Trosman (JT), Joan Martorello y Blackmamba, entre otros, son los que se animan a esta corriente.
La propuesta más jugada es la de Vanesa Krongol, quien presentó su línea donde se puede ver el punto exacto en el que confluyen ambos géneros, logrando que convivan transparencias y sublimados con una paleta asociada a lo tradicionalmente femenino. En cuanto a siluetas, se pudieron observar prendas oversize y lúdicas con bordados a mano que hacian referencia a la infancia de la diseñadora.
En el caso de Kalu Gryb, la apuesta pasa por el uso de una paleta neutra y recortes de formas geométricas que construyen siluetas blandas y asimétricas, revalorizando la belleza de lo modesto. En cuánto a moldería puede verse que hay una experimentación detrás que rompe con los parámetros de la indumentaria, tal como lo hace el equipo de diseño de Kostüme, quienes por su parte esta temporada optaron por la predominancia del blanco y negro.
La línea unisex de Blackmamba cobra cada vez más fuerza con su estilo neo-clásico, donde principalmente abundan los remerones, pantalones sastre, camisas long fit y capas que pueden ser utilizados por hombres o mujeres indistintamente. Los conjuntos monocromáticos son el sello de la marca y en esta oportunidad los colores elegidos fueron el blanco y negro, pasando por los grises. También la colección tuvo acentos en rojo y verde militar.
De cara al mundo
Desde Coco Chanel con sus trajes sastres que la moda vive un romance histórico con la androginia. La búsqueda eterna de igualdad a llevado a la mujer a terrenos que antes del siglo XIX desconocía y es ahí donde la ambigüedad de la identidad sexual cobra vida, abriendo las puertas de un posible “género alternativo”.
Por su parte David Bowie, quien con los looks de sus shows o las tapas de sus discos fue el primero en romper con los patrones establecidos en cuestiones de genero, inspiró a diseñadores como Comme des Garçons, Ann Demeulemeester, Gareth Pugh o Rei Kawakubo a ser referentes de la moda agender.
Marcas como American Apearel han sabido ver una veta comercial en esta situación por lo que hoy en día es común encontrarse en los percheros con etiquetas “boyfriend” que aluden a jeans amplios o camisas holgadas.
No es casual que firmas, como Jean Paul Gaultier, hayan utilizado a Andrej Pejic, ícono andrógino, para lucirse tanto con ropa femenina como masculina así como también para cerrar sus desfiles en vestidos de novia. Otro caso es el de la modelo Casey Legler, la primer mujer en ser contratada por una agencia de modelos masculinos.
El rol del consumidor
Como respuesta a un cambio de mentalidad a nivel social, los compradores -testigos directos- han evolucionado en la manera de seleccionar sus prendas. Es decir, la experiencia del usuario a la hora de elegir con que vestirse pasa principalmente por poner en la balanza si se sienten a gusto con lo que llevan puesto dejando de lado los prejuicios de si es “de hombre o de mujer”.
En consecuencia, se ha reformulado lo que es o no “sexy”; vestir prendas unisex no significa perder el atractivo, sino que por lo contrario el foco está puesto en el como se lleva la prenda y lo que trasmite.
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