«Paren! Búsquense otro negocio» y «Están matando la moda» son algunas de las duras frases que las editoras de Vogue.com dispararon contra las influencers en una columna que se excusaba en el Milan Fashion Week.
Sally Singer (directora creativa), Sarah Mower (jefa de la sección de Críticas), Nicole Phelps (especialista en pasarela) y Alessandra Codinha (editora de noticias online) declararon la guerra a las blogueras criticando su forma de trabajar, tildándolas de»patéticas, tristes y vergonzosas». También las compararon con «strippers», ya que entre desfiles tienden a hacer varios cambios de ropa para que las fotografíen en las calles.
Desde luego que las repercusiones no tardaron en llegar. Lejos de batir retirada, algunas de las chicas más influyentes de las redes salieron a defenderse y a subir la apuesta, pero sin lugar a dudas la más inteligente fue la italiana Chiara Ferragni, que esperó al último día del PFW para lucirse con una remera con la inscripción » I LOVE HATERS». Saquen sus propias conclusiones.
«La única cosa patética aquí es su celoso, hipócrita y malicioso artículo. Ustedes son esa clase de personas que han logrado que el mundo de la moda tenga una reputación de frío, inhóspito y despiadado. Afortunadamente, los tiempos están cambiando. Una institución como Vogue debería respetar a los jóvenes empresarios en lugar de menospreciarlos», fueron las palabras de la blogger Shea Marie, quien tiene más de un millón de seguidores en su cuenta de Instagram.
El quid de la cuestión radica en que intereses ocultos llevaron a la biblia de la moda a pararse de la vereda de enfrente, cuándo en reiteradas ocasiones han optado por poner a las influencers en las portadas de sus ediciones internacionales con el fin de generar más circulación. Chiara Ferragni, creadora de The Blonde Salad, ha sido tapa de la edición española de la revista en 2015, así como también incontables chicas que se destacan por mover seguidores en la web han sido tema central en reiteradas notas de la publicación.
Quizás, los verdaderos motivos nunca los sabremos, pero dicho movimiento podría ser una jugada estratégica de Vogue al ver que su voz pierde peso a la hora de instalarse como referente. Quizás, por primera vez son conscientes de que si muere Vogue, la moda no asistirá a su entierro.
Difícil de creer es que una institución de su talla, pierda de la noche a la mañana el primer puesto en la industria, pero la realidad es que las chicas estrellas de las redes sociales cada vez generan más contenido e influencia por iniciativa propia, sin rendirle explicaciones a nada ni a nadie. Incluso a la revista más reconocida del medio.
Este es el primer round de muchos, veremos quien sale merecedor del podio, así como también quien termina fuera por knock out. Por ahora, las blogueras parecieran no soltar los guantes y tener agallas para enfrentarse a quien sea. Se animarán a confrontar a Wintour?